
Y profesionalidad no significa estar licenciado en Periodismo. Sólo requiere de valores éticos que ofrezcan credibilidad al resultado final. Pero ¡ay! cuando se confunde credibilidad con objetividad. Lo objetivo no existe. Quizás sí en las ciencias exactas, pero nunca en la interpretación de la realidad porque, al fin y al cabo, a eso se reduce el periodismo, a interpretar la realidad (virtual o no) en la que uno vive. Y desde el mismo momento en el servimos de filtro para contar algo que ha ocurrido, desde ese mismo momento, lo ocurrido deja de ser un hecho objetivo y pasa a ser un hecho interpretado.
Ni siquiera las imágenes son objetivas, al colocar la cámara en un ángulo determinado, la imagen se descontextualiza y pierde esa objetividad tan aclamada por algunos. Por ello, cuando oyes que “la objetividad ha muerto y que, en parte, la culpa la tiene el nuevo periodismo ciudadano”, no puedes evitar sonreír y pensar que es como decir que el cliente mata la ternera de su big mac al morder la hamburguesa.
Que no exista la objetividad sólo nos dice que vivimos en un mundo vivo, en pleno movimiento, donde lo estático queda en segundo plano porque lo que cuenta es lo que cada uno de nosotros piense, siente y crea. Y para ello, lo único que necesitamos es información, información veraz creada por periodistas, ciudadanos o periodistas-ciudadanos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario