A partir de hoy ya puedes ser periodista

¿Qué haría usted si tuviese que operar a un hombre a corazón abierto? ¿Y si le eligiesen para defender a un condenado a pena de muerte? ¿O, mejor aún, a llevar una nave espacial hasta la Luna? Probablemente dejaría estos asuntos en manos de profesionales. Pero, ¿y si tuviese que escribir un reportaje denunciando esas molestas obras en su barrio que lo tienen patas arriba desde hace meses? ¿O explicando que sus hijos no pueden ir al colegio porque los de la ciudad están saturados, así que dan clase en esas ‘chabolas prefabricadas’ que llaman ‘barracones’ y que además se encuentran en las afueras de la ciudad? ¿De eso sí que puede encargarse? Pues entonces está usted a un paso de ser periodista ciudadano.

La esencia del periodismo es la de hacer a los ciudadanos más libres dotándoles de herramientas que permitan aumentar el conocimiento de la realidad en la que viven. Estas herramientas son básicamente una: la información. ¿Por qué no aprovechar las posibilidades que Internet ofrece respecto a la información para crear ciudadanos más críticos, informados y por qué no, activos? La respuesta está en el periodismo ciudadano y sus resultados ya empiezan a vislumbrarse.

La revolución de este tipo de periodismo supone que cualquier persona pueda ejercer su libertad de información, además de su derecho a la misma. Siempre y cuando lo haga bajo los parámetros del periodismo. Ahí es donde entran en juego los periodistas ‘profesionales’. Así que, detractores del periodismo ciudadano, no os preocupéis que continuaréis teniendo trabajo. La función de este equipo de redacción sería la de ejercer de 'gatekeeper' (contrastar la veracidad de las informaciones, seleccionar las de mayor interés y actualidad y organizarlas con propiedad, además de redactar). ¿Qué? ¿Crees que un modelo así no podría triunfar? Pues no tienes más que entrar en Oh My News con 1.900 reporteros ciudadanos en medio mundo. ¿Y España? ¿En España sí que no sería posible? Pues que se lo digan a Pau Llop, Daniel Basteiro y Christian González, creadores de Bottup que ya cuenta con 142 periodistas ciudadanos en tan sólo un mes de funcionamiento.

Así que señores y señoras, si lo desean a partir de hoy ya pueden ser periodistas.

Abellán desafía a Calderón

Cuál es mi sorpresa cuando este mediodía al abrir El Mundo encuentro bajo el nombre de “Publicidad” un auténtico desafío al más puro estilo del siglo XIX, aunque ahora las pistolas se cambian por un millón de euros. La nota estaba firmada por el periodista y conductor del Tirachinas de la COPE, José Antonio Abellán, lo cual hizo crecer mi curiosidad, pero todavía me sorprendí más al leer a quien iba dirigida: ni más ni menos que al presidente del Real Madrid, Ramón Calderón. Comienza Abellán con una pregunta (“¿Quién miente”), para exponer a continuación los motivos de su iniciativa: el adelanto de la dimisión de Capello por la COPE que después resultó ser falso ("Las prisas por dar la exclusiva") y unas declaraciones de Calderón negando unas informaciones de la misma cadena sobre el reparto de abonos entre los directivos.

El punto álgido llega cuando a mitad de página, después de un subtítulo con el nombre de “El desafío”, Abellán se compromete a dejar su carrera profesional y pagar un millón de euros (no está nada mal la suma) a la Fundación Real Madrid si no consigue “aportar públicamente pruebas irrefutables” sobre tres afirmaciones negadas por Calderón. Estas son:

"1) Que la dimisión de Capello fue tratada en la Comisión Ejecutiva y la Junta Directiva del Real Madrid el día 19 de febrero.
2) Que Ramón Calderón y la directiva del real Madrid vulneraron la lista de espera en el reparto de abonos prometidos durante la campaña electoral.
3) Que Ramón Calderón obtuvo, al menos, tres pisos de protección oficial para sus hijos de forma irregular."

Si Calderón aceptara el desafío de Abellán (si ya ha negado estos asuntos, podría hacerlo perfectamente, un millón de euros no le vienen mal a nadie, ni al presidente del Madrid) y el periodista ofreciera pruebas de que estos puntos son ciertos, Calderón renunciaría a su presidencia del club (con todo su equipo directivo) y donaría un millón de euros a la organización benéfica elegida por Abellán.

El presidente del Real Madrid tiene plazo hasta este jueves 1 de marzo para aceptar el desafío. La duda está en si querrá entrar en el juego de Abellán. Si lo acepta, el director de deportes de la COPE tendrá que demostrar que la veracidad periodística está por encima de la veracidad empresarial. Todo es cuestión de tiempo. Por el momento, hay que ver para creer.

Mamá, papá: esto es un blog

Brecha. (Del fr. brèche, y este del franco breka, roto; cf. a. al. ant. brëhhan). 1. f. Rotura o abertura irregular.

Así de irregular es la brecha que divide a los digitalmente culturizados de los que carecen de conocimientos tecnológicos. En principio podría parecer que las principales diferencias se encuentran entre aquellos que tienen acceso a las herramientas digitales y los que no, es decir, diferencias entre desarrollados y subdesarrollados o en proceso de desarrollo. Pero los recursos no son los únicos que dilatan esta brecha digital: la edad también suma.

Nicholas Negroponte ya lo apuntaba en 1995 en su premonitorio Mundo digital, “la verdadera división cultural va a ser generacional”. Reflejaba Negroponte esta afirmación con un ejemplo muy corriente “cuando conozco a un adulto que me dice que ha descubierto el CD-ROM, deduzco que tiene un niño entre cinco y diez años” (recordemos que ya han pasado 12 años, en pleno ‘boom’ del CD, pero este caso se podría extrapolar perfectamente a la PDA o el MP3). Pero hoy, 27 de febrero de 2007, la evidencia de esta brecha que adelantaba el fundador del Media Lab es notable. Lo pone de manifiesto un informe sobre el perfil de los usuarios de Internet del pasado septiembre de 2006, realizado por Red.es. Este estudio revela que el 80% de los internautas es menor de 45 años y este porcentaje únicamente representa el 53% de la población total. No sólo eso, sino que el 60% de los usuarios de la red tiene menos de 35 años. La brecha se hace patente.

Pero la cultura digital no sólo es una traba más entre generaciones, sino que concede una gran ventaja a los más jóvenes, marginando a las generaciones anteriores por quedar obsoletas (como si de un PC viejo se trataran). Por ello los gobiernos se dan prisa en lanzar campañas de esas que cuestan millones y después nunca nadie conoce qué fue de ellas y cuáles fueron sus resultados. El tiempo apremia y no sólo porque la cultura digital descompensa la balanza a la hora de encontrar trabajo, sino porque el que se pierde este mundo, se convierte poco a poco en un analfabeto, en un inculto que deja atrás infinitas posibilidades de información, comunicación y entretenimiento.

Las masas continúan ahí fuera

Viendo estas fotos me replanteo aquello que dije más abajo de que las masas quedaron atrás...

¿Seguro que estamos en la era de las minorías? Sinceramente prefiero confiar en la teoría de la Larga Cola y pensar que las mayorías en realidad son minoritarias.

Para leer y opinar

Escudriñando por la red, encuentro algunos posts interesantes para periodistas, blogueros y todos en general:

- José Luis Orihuela: Cubre sólo lo que hagas bien y enlaza el resto. Del valor del hipertexto y la prepotencia de los medios por querer llegar donde no pueden.

- Antonio Delgado: En España preferimos a Piqueras. Del poco uso que los españoles hacen de los medios digitales.

- Julio Alonso: Más operaciones de redes de blogs: Blogo.it vende el 30% a RCS. Del negocio en auge de blogs y cía.

- Juan Valera: Más censura y el peligro de los demoautócratas. De la lucha sin fin a favor de la libertad de expresión.


Y además una novedad que mejorará el aspecto de nuestros blogs, ya está disponible Feevy, el nuevo servicio que permite que los blogs que tenemos agregados aparezcan en nuestra página de forma dinánima.

Menos es más, la teoría de la Larga Cola

Las mayorías siempre han sido menores que las minorías. Y lo mismo ocurre con Internet y los blogs. Al menos así lo revela la teoría de la Larga Cola. Una curiosa teoría que en 2004 Chris Anderson, redactor jefe de la revista Wired, utilizó como guía del comportamiento de los internautas, tanto a la hora de acceder a los blogs como a la de hacer sus compras online. El fundamento es el siguiente: de los miles de blogs que anidan en la red, sólo unos pocos son los más populares, mientras que el resto recibe menos visitas, comentarios y enlaces. Los blogs menos notorios se extenderían en una larga línea infinita superando así a los más destacados. Por lo tanto, también en la blogosfera las minorías abundan sobre las mayorías.

¿Es, por tanto, la web un medio elitista que sitúa a las minorías en un segundo plano? En absoluto, precisamente Internet ofrece la posibilidad de que todos puedan alzar su voz y cualquiera pueda escucharla y contestar con la suya propia. Pero a principios del siglo XXI, las masas se han quedado en la centuria pasada, ahora le ha llegado el turno a la personalización, la personalidad y, en definitiva, a las personas que pueden elegir qué quieren leer y qué quieren escribir en cada momento. La teoría de la larga Cola sólo demuestra que, una vez más, son las minorías las que mueven el mundo, y también el virtual.

Creative Commons, licencias a la carta

Internet ha revolucionado el sistema de distribución cultural de tal forma que la cultura nunca ha resultado tan accesible como ahora. Es lógico, por tanto, que al cambiar la forma de acceder a la cultura, de consumirla y de promocionarla, cambien con ella las necesidades de los autores. Lo que en un principio podría haber desencadenado en un caos sin límites o con demasiadas restricciones con el fin de proteger los derechos de autor, encontró solución cuando en 2002 aparecieron las licencias Creative Commons. Estas licencias mantienen los derechos, pero permiten que el autor sea quien decida hasta dónde quiere que lleguen. Según los creadores de este sistema la idea es “usar derechos privados para crear bienes públicos”, se trata pues de convertir en ‘commons’ (comunes) las creaciones privadas para que “cualquiera pueda usarlos con un permiso especial del autor”.

Ideadas, entre otros, por el profesor de Derecho de la Universidad de Stanford, Lawrence Lessing, las licencias Creative Commons se adaptan a la legislación de cada país que las adopta. Estas licencias, por lo tanto, están acordes a la legislación española que establece dos tipos de derechos de autor: los morales y los de explotación. Las Creative Commons garantizan los derechos morales con una única condición, la de citar el nombre del autor de la obra intelectual. Por su parte, el derecho de explotación que establece la ley permite que el creador decida si quiere que su obra sea copiada, distribuida, comunicada públicamente o transformada. Precisamente las Creative Commons ofrecen la posibilidad de que cada uno elija la opción que desea, pero según el abogado Javier de la Cueva, con la diferencia de que “en lugar de decir ‘está prohibido’ copiar, se dice ‘está permitido’ copiar”.

Las licencias Creative Commons no sólo garantizan que continúe la revolución cultural por Internet, sino que además permiten que los autores de las obras puedan ejercer sus derechos de la forma más libre que existe, eligiendo.

Mi robot es un holograma, paga impuestos y me lee la mente

No puedo esperar a que pasen 50 años para tener un robot. Uno de esos con aspecto humano pero intestinos de metal. Que te esperan en la puerta de casa con las zapatillas preparadas y que dejan el suelo como los chorros del oro (no como el centenario Mr. Proper). O mejor un holograma en tres dimensiones que salga de la pared con forma de tiburón y deje a posibles ladrones con la misma cara de susto que Michael J. Fox. Pero tenga la forma que tenga, mi robot tendrá todos sus papeles en regla, no voy a meter en casa a un ilegal. Tendrá su contrato, pagará a Hacienda como cualquier mortal (por ese entonces esta expresión se habrá quedado en desuso) y acudirá a las urnas a cumplir su derecho democrático.

Además, ni siquiera tendré que esforzarme en hablar para comunicarme con él, porque mi robot me leerá la mente y sabrá lo que hacer en cada momento. Si estoy cansada, ambientará el salón con imágenes, sonidos y olores de algún lugar idílico; si estoy despierta y con ganas de saber lo que ha pasado en el mundo, me encenderá el periódico en 3D y podré ver las imágenes del día como si ocurrieran ante mis propias narices, y si me aburro, podremos jugar una partida a uno de esos juegos virtuales de moda con seres irreales de tamaño real.

Cincuenta años dicen que tendrán que pasar para que mi robot me solucione la vida, mientras tanto la sociedad se informatiza (y yo con ella) a un ritmo vertiginoso. Hasta que un día, lo virtual y lo real se vuelvan indisolubles y ya no importará distinguir entre realidad virtual porque todo será tan real como irreal.

Blogger, tu blog en tres pasos (o más)

Blogger es la herramienta por antonomasia que permite que cada cibernauta tenga su propio espacio en la red. Con unos conocimientos informáticos mínimos cualquiera puede crear su blog personal y comunicarse libremente. En cierto modo, lo que Blogger ofrece es libertad. Pero una libertad imperfecta, porque Blogger todavía puede mejorar sus servicios.


Uno de los principales fallos de esta herramienta de creación de blogs es la escasa variedad de plantillas que ofrece al usuario. Teniendo en cuenta que se utiliza en todo el mundo, incluir únicamente 16 diseños para los blogs es una cantidad insuficiente. No sólo eso, sino que además del contenido, los cibernautas también pueden identificarse a través de la imagen y el hecho de que obligatoriamente se tenga que utilizar una plantilla prediseñada merma la personalidad de quien la utiliza. El usuario se puede expresar con las palabras, pero no con el diseño de su blog como los fondos, los colores o la organización de la información.

Un aspecto en el que podría mejorar es en el tema de la edición de las entradas. Por una parte, suele fallar con frecuencia la inserción de las imágenes. Pero además, resulta un problema que el formato de la entrada cambie cuando se publica. Cuando se incluye una fotografía y en la creación de la entrada se coloca en su lugar, al publicar ese post el texto se mueve y todo el formato se desordena lo que supone que el bloguero tenga que volver a editar y publicar la entrada hasta que aparezca como desea.

Sin embargo, hay que decir que la nueva versión de Blogger ha mejorado notablemente a la antigua, y ahora es mucho más sencillo organizar los elementos de la página y modificar su diseño.

Inicio de una andanza en el ciberespacio

Mentiría si dijese que soy a una apasionada de las nuevas tecnologías. Mentiría si dijese que, arrastrada por las ansias de descubrir lo desconocido, ya he explorado todos los rincones de este ciberespacio intentando exprimir nuevos recursos que me ayudasen a empezar a hacer periodismo, a ser periodista. Pero no es así.

Soy una auténtica novata en esto. Blogger, podcast o wiki. Hasta hace poco eran conceptos desconocidos para mí (en realidad continúo sin saber qué es un podcast). Quizás sea por el miedo de enfrentarse a lo desconocido, que en ese caso no es ni más ni menos que cualquier persona del mundo (que se dice rápido pero son más de 510 millones de km2) pueda leer lo que yo escribo. De hecho cuando me matriculé no elegí esta asignatura. Pero un Congreso de Nuevo Periodismo me hizo cambiar de opinión. En realidad no fue el congreso, ni los ponentes, ni los renombrados periodistas 'encorbatados', sino los propios blogueros con sus portátiles pegados los que me convencieron de que con un ordenador y una conexión a Internet se podía hacer el mejor periodismo, el más sincero y desinteresado.

Y así es como comienza mi andanza por este nuevo espacio para crear periodismo, donde quizás los sueños se puedan cumplir… aquí en la red.