viernes, 21 de noviembre de 2008

Cierre tardío de discotecas

Ya ha comenzado el cierre masivo de discotecas y pubs madrileños con expedientes abiertos. El primero fue el Balcón de Rosales, al que hoy le han seguido tres conocidos locales de la capital. Y los que vendrán. Uno de ellos, Moma, acumulaba 20 denuncias desde 2003. Denuncias guardadas en un cajón polvoriento que el Ayuntamiento se ha visto obligado a abrir por la muerte de un joven.

El Balcón de Rosales multiplicaba por tres el número de denuncias de Moma. La discoteca Archy, 144 y el Dink llega a las 234. Papel mojado. Hasta ahora. Porque la caja de Pandora se ha abierto y estos expedientes van a empezar a tener consecuencias, a consecuencia del fallecimiento de Álvaro Ussía.

Una muestra más de cómo funciona el país. No se soluciona el problema hasta que éste alcanza su extremo más doloroso. Prevención y anticipación, ¿nos suenan de algo?. No. Siempre sucede igual. Alguien muere para que se pongan en marcha las soluciones, para evitar otro desastre, pero ese ya no hay quien lo borre.

Que en Cataluña impusieran un curso de preparación para ser portero de discoteca no sirvió como referencia. Tiene que ocurrur una desgracia. Tiene que haber una presión social para que las autoridades muevan ficha. Bien, la Comunidad de Madrid no ha tardado ni una semana desde la muerte de Ussía para anunciar esta medida. 10 años de retraso. Pero, ¿y el resto de comunidades? ¿Cada una esperará a que ocurra algo igual para poner soluciones? Los errores no se pueden borrar, pero ¿es que no se aprende nada de ellos? ¿Es que vamos a tener que esperar a más muertes para sentirnos seguros al entrar en una discoteca?

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