jueves, 10 de mayo de 2007

Busca y ¿encuentra?

Llegó Internet y, como un huracán, lo revolucionó todo. Pero sobre todo revolucionó el acceso de los ciudadanos a la información. La red se convirtió en una infinita biblioteca cargada de buena y mala literatura. Dio cabida a tales cantidades de información que pronto se hizo patente un nuevo problema: encontrar lo que buscamos en el menor tiempo posible. Así comenzaron a adquirir importancia los buscadores (sí, hay más que Google).

Pero la red fue creciendo, los usuarios se volvían más exigentes y los buscadores vieron que podían sacar buena tajada de ello. Así que todos esos informáticos que saben utilizar los indescifrables códigos binarios y demás, se estrujaron la cabeza para idear nuevas formas de búsqueda. Hasta el día de hoy donde por poder, se puede dar una vuelta en coche virtual por las calles de San Francisco. O ver la estatua de la libertad en 3 dimensiones. Si me preguntan por su utilidad no sabría responder, pero no está mal para perder alguna de esas horas muertas que dejamos pasar delante de la pantalla.


En fin, que el futuro de los buscadores va más allá de mejorar las opciones de búsqueda. Ahora, el ganador será el que invierta más en tecnología o en inutilidades, no sabría decir bien. Mientras tanto voy a ver si encuentro en la red un artículo que necesito y llevo horas buscando.

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