miércoles, 21 de marzo de 2007

Créanme o no

Dice Álex Grijelmo que el periodismo “presenta la conjetura como veraz”. Para el director de la agencia Efe este nuevo periodismo “practica unas técnicas y normas éticas muy distintas de las que rigen en la prensa tradicional”. ¿El soporte influye en la ética profesional del periodista? ¿No se trata, al fin y al cabo, de periodismo?

Una de las razones que el autor achaca a la falta de credibilidad es el anonimato en la red. Un buen periodista no se puede esconder tras el anonimato. Su nombre, su carrera y su experiencia son los que otorgarán credibilidad a su producto digital. Lo importante es que el internauta sea capaz de distinguir una página elaborada por un profesional de otra que carece de credibilidad. Para ello, además del propio currículum del autor, el usuario puede observar cuántas veces es enlazada esa página. Los enlaces confieren respeto al periodismo digital, también la calidad de los mismos.

Otra opción para acabar con la falta de credibilidad en la red es por la que han optado los americanos. Según el Informe sobre el Estado del Periodismo en 2007, “los blogueros más conocidos están comenzando a formar asociaciones dotadas de códigos éticos, códigos de conducta, etc.”. Probablemente esta iniciativa se ponga en marcha en España dentro de un tiempo (aquí siempre vamos más retrasados en este sentido), pero la idea es genial. La red permitirá que cada uno pueda escribir libremente, pero el usuario lo tendrá más fácil a la hora de calibrar la credibilidad de la fuente.

Internet puede poner trabas a la credibilidad periodística, pero lo fundamental es tener ciudadanos críticos con la capacidad técnica de valorar la profesionalidad a través de las herramientas que la red dispone. Ahí es donde está la clave, créanme o no.

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